miércoles, 9 de marzo de 2011

Relatoría clase del miércoles 2 de marzo de 2011-Laura Velasco Blel
Texto: Rafael Gutiérrez Girardot. “Formas del ensayo latinoamericano” Tradición y ruptura. Referencias, 2006. pp. 167-184.

Rafael Gutiérrez Girardot en este texto aborda el horizonte en el que se desarrolla el ensayo en América Latina, el cual se determina por una circunstancia específica: el analfabetismo. Esta circunstancia limita el desarrollo de las imprentas y editoriales, y el reducido público lector se alimentaba culturalmente sólo con las revistas y principalmente de los diarios.

Planteando esta problemática, Girardot construye una pequeña tipología de los comienzos del ensayo en Latinoamérica, empezando desde sus esbozos con José Joaquín Fernández de Lizardi. En sus escritos utilizaba un lenguaje popular que se entendía como una reacción contra los cánones de la herencia española y como una crítica a su medio social. Con su novela El periquillo Sarniento, el ensayo se da en forma de novela caracterizado por disgresiones que hacen parte de un esbozo de ensayo.

Esta primera fase del esbozo del ensayo latinoamericano plantea un problema histórico-teórico para Girardot. Para analizar el ensayo latinoamericano se tiene que tener su propio aparato intelectual, para no correr el riesgo de leerlo como una forma importada porque no lo es.

Luego de Fernández Lizardi, Girardot se refiere a Manuel González Prada, quien plantea “el problema de la influencia de la oratoria en la determinación de los valores estéticos de las producciones literarias” (p.171). Así, el “talante oratorio” y el periodismo enmarcan las formas previas del ensayo, siendo esto una de las diferencias con el ensayo europeo.

El propósito del ensayo hispanoamericano es una crítica social y política, por esto Facundo es una alegato político que tiene una variada perspectiva argumentativa que envuelve historia, sociología, política, biografía y crítica. Todas estás características están contenidas en la forma del ensayo, por esto Girardot se encuentra en desacuerdo con quienes tratan de encasillar al Facundo dentro de un género literario cerrado. Sarmiento aporta al ensayo latinoamericano una  significación literaria, e histórica, además de que enriquece la prosa española.

Martí, por su parte contribuye a la construcción del ensayo hispanoamericano con la constitución del ensayo crítico-literario. Martí propone “un miar hacia adentro”. Al igual que González Prada “configuraron el ensayo como obra de arte”. Ellos agregan la creación poética al ensayo literario, por esto el ensayo hispanoamericano se caracteriza por una parte sociopolítica y otra literaria.

Otros ejemplos que contribuyeron a la construcción del ensayo en América Latina fueron Chacón y Calvo, que trasforman la oratoria en “prosa artística”. Además, Girardot nombra a Manuel de la Cruz quien realizó ensayos crítico-literarios enfocados a una investigación científica. En esta misma línea se encuentra José Enrique Rodó, quien con su libro Ariel,  confiere al ensayo “el papel de guía y de descubridor de ámbitos hasta entonces inexplorados”. Este camino fe la conciliación entre el positivismo y la “necesidad de un horizonte metafísico”. Considerando esto, en la primera mitad del siglo XX el ensayo fue una herramienta de discusión política y cultural. Entre los exponentes de este tipo de ensayo se encuentran José Ingenieros, Francisco Romero, Mariátegui, entre otros.

Finalmente: “Henríquez Ureña y Alfonso Reyes culminan la tradición iniciado por Sarmiento y Martí”. Y por su parte, Jorge Luis Borges introduce el ensayo filosófico-literario. Con una crítica al tipo de ensayo académico, pasado por modas y tendencias rígidas de aplicación de conceptos, y por la encrucijada en que se encuentra la novela, debido a la comercialización, G. Girardot concluye esperando que aparezca algún tipo de incentivo crítico que dé pie a otro tipo de ensayo en Latinoamérica.

Con los puntos de lectura anteriormente expuestos, la discusión de la clase se centro en hablar de los  esbozos como una forma abierta. Ésta envuelve una forma que no está prevista y que contiene todas las características del el ensayo latinoamericano que trata Gutiérrez Girardot. Al hablar del ensayo el autor no lo categoriza, sino que trata de dejar claro que el ensayo se construye desde una búsqueda por parte de escritor y por esto no tiene que escribir bajo unos parámetros estrictos, pues el ensayo envuelve una multiplicidad. La discusión también resalta que el ensayo hispanoamericano envuelve lo crítico-social y lo literario, característica que hace aún más evidente la diferencia con los ensayos europeos (aunque se esté en diálogo con su tradición), pues estos se centran en una introspección, mientras que los ensayo de América Latina toman en cuenta un contexto, y por ende una historia.

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